Hace pocos días he podido leer el artículo que mi buen amigo Xosé Mª Torres hace en la Revista Pueblos a modo de respuesta a una entrevista que en la misma publicación se hace tiempo atrás a Esteban Beltrán, director de la Sección Española de Amnistía Internacional con motivo de la presentación de su libro “Derechos torcidos. Tópicos, medias verdades y mentiras sobre pobreza, política y derechos humanos”. En el artículo se hace una exhaustiva crítica a las opiniones vertidas por el señor Beltrán sobre el Tercer Sector en España y como reza en el título del mismo la moraleja que podemos extraer es: “Derechos torcidos”, o como mirar molinos y ver gigantes.
El Tercer Sector, como reflejo de la sociedad que es, no es perfecto, eso ya lo sabemos. Existe la perfección?. La perfección la representan modelos importados?, la perfección la representa una organización determinada?, la perfección la representa mi organización?. La perfección es algo personal e intransferible. De la misma manera que en la sociedad hay mecánicos más o menos profesionales, médicos más o menos profesionales existen entidades más o menos profesionales.
Arremeter contra «lo divino y lo humano» flaco favor le hace al sector, sector al que por cierto pertenece la entidad que representa el Señor Beltrán. Un sector, que presenta una serie de carencias de la que somos conscientes, y que por ejemplo yo soy el primero en poner sobre la mesa pero ofreciendo soluciones o salidas.
Definir la palabra gurú me resulta difícil, pero si por una cosa no se caracterizan es por la humildad y la capacidad de autocrítica. Ponerse delante de un micrófono y opinar sobre un tema del que te consideran y te consideras especialista es sencillo, sobre todo porque responden a una situación puntual, escribir un blog tampoco nos convierte en un gurú. Pero si por algo se caracteriza este tipo de perfiles es por «vivir de rentas» y mantener posiciones maximalistas y si aun encima nos acompaña un físico tirando a grande y un tono de voz que inspira seriedad y gravedad hemos ganado muchos enteros. Con el desarrollo de los medios de comunicación con sus diversas herramientas y los campos que cada vez son más ocupados por las redes sociales, casi cualquiera puede intentar convertirse en un gurú, aunque sea un gurú con solamene seis palabras. Sinceramente pienso, que en este tema poco a cambiar y mas bien va a ir a peor.
En España siempre se dice que todos somos un poco entrenadores de futbol. Desde hace unos meses todos somos un poco expertos en macroeconomia y desde luego nos vamos convirtiendo en OPT, es decir Opinadores Pa’ To’