Los Créditos FAD (Fondo de Ayuda al Desarrollo), esas herramientas tan odiadas por los que nos movemos en el sector de la Cooperación al Desarrollo, han sido modificados por el gobierno. Los Créditos FAD son meros instrumentos de exportación, son créditos concesionales otorgados a países en vias de desarrollo para la compra de bienes y servicios del país prestatario (en este caso España) y que permiten que las empresas españolas penetren en mercados «emergentes» y que estos estados puedan acceder a estos bienes en unas condiciones ventajosas. La realidad era bien distinta, y estos créditos sirvieron para al penetración de multinacionales españolas (no hay tantas) en mercados sobre todo americanos o bien para realizar obras son mucho sentido «solidario» o de «desarrollo» como venta de armas o construcione sde infraestructuras con una viabilidad algo más que discutible. Uno de los episodios más tristes fue que parte de la ayuda enviada a los damnificados del Tsunami de 2004 se enmascaró como créditos FAD o bien el pago con estos fondos de la famosa cúpula de Barceló en la sede de las Naciones Unidas en Ginebra.
Con la crítica a los Créditos FAD de ninguna manera pongo en duda su existencia, sí que critico (y siempre lo he hecho en diferentes foros) que estos montantes sirvan para incrementar el porcentaje de AOD de España. Porque son otra cosa.
Ahora el gobierno ha desdoblado los FAD en dos nuevas herramientas:
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Fondo para la Promoción del Desarrollo (FONPRODE)
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Fondo para la Internacionalización de las Empresas (FIEM)
Con el compromiso de que solamente el FONPRODE sea considerado Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD).
Un gran avance sin duda. Más información en el suplemento Negocios de EL PAÍS