Hace pocos días que acabé Gomorra, la novela que hizo que su autor viva huído por desvelar los entresijos de la camorra napolitana. Dentro de ese género que se llama «no ficción», Robero Saviano hace un ejercicio de contar lo que parece ser que todo Italia sabe pero nadie se había atrevido hasta ahora a ponerle nombres. Hay páginas que son un poco liosas con los nombres y farragosas con las relaciones de amor-odio entre las distintas familias. Pero el autor también nos muestra los diferentes negocios en que está presente la Camorra, desde el cemento hasta la moda. De Aberdeen a Marbella. De Milán a la alfombra roja de los Oscars.
Me quedo con pasaje:
Tiras para adelante, haces lo que tienes que hacer, el resto no vale nada. Porque la amenaza no es siempre una bala entre los ojos o quintales de mierda de búfala que te vierten a la puerta de tu casa. Te deshojan lentamente. Una hoja cada día, hasta que te encuentras desnudo y solo, creyendo que estás luchando contra algo que no existe, que es un delirio de tu cerebro. Empiezas a creer en las calumnias que te señalan como un insatisfecho que la toma con los que han triunfado, a quienes, por su frustración llama camorristas……
Ahora toca cambiar la columna de lecturas