Internet está cambiando nuestros hábitos y no me refiero solamente a viajes, gestión, trabajo en red o competitividad, sino que me refiero a nuestros hábitos culturales, de información o de entretenimiento. En un reciente post de Manel Pardo en su blog (que sigo habitualmente) se refire a los cambios que se están produciendo en su profesión de periodista por la irrupción de nuevos canales y medios.
Una cadena generalista nacional como es Cuatro, está emitiendo solamente con dos semanas de dierencia con USA capítulos de la nueva temporada de House o de la nueva serie FlashForward para evitar que la audiencia se diluya en descargas de Internet. La comunidad de seguidores de series que se descargan los capítulos subtitulados al día siguiente de su emisión en USA es creciente. Descargas que no son ilegales porque son para consumo particular y que tienen una vida efímera ya que no se suelen conservar y menos copiar para vender en el top manta. Por ejemplo Flash Forward se emite los jueves en la ABC, ayer viernes ya estaba en la red el capítulo subtitulado, capítulo que se podrá ver en Cuatro en dos semanas. Yo lo veré hoy o mañana.
Hace unos días publicaba que el Kindle comenzaba a venderse en España y el próximo martes la cadena de librerías Barnes & Noble pone a la venta su lector de libros electrónicos con el respaldo de Google, su repositorio Google Books y con una tienda electrónica que venderá libros compatibles con todos los lectores electrónicos e incluso con los terminales de Apple o de Blackberry. Todos excepto Sony y Kindle. Y aunque siempre digo que el libro siempre va estar presente, el ebook es un complemento que va a acaparar una importante cuota de mercado. Esto lo comentaré en una próxima entrada.
Y respecto a los libros, otro mercado emergente son los audiolibros. Desde la red se puede uno descargar infinidad de audiolibros. Autoayuda, management, Inteligencia Emocional y PNL, religión, meditación, cuentos infantiles o cursos de idiomas están a libre disposición de los usuarios que no tienen más que ponerlos en su reproductor de mp3 o IPod y poder en cualquier momento y en cualquier lugar escucharlos. Por poner un ejemplo esta pasada semana me he descargado El monje que vendió su Ferrari. También es cierto que hay que saber separar el grano de la paja porque por ejemplo también me he descargado un curso de inglés en el que por un casquito oías la cosa en inglés y por el otro simultaneamente en español y duró en mi mp3 pocas horas, no merecía mucho la pena.
En resumen los hábitos cambian con Internet y lo más importante, ahora es el usuario el que tiene cierto poder de decisión. Como se decía hace veinte años: Busque, compare y si encuentra algo mejor … descárguelo